jueves, 27 de febrero de 2014

Pueden pensar en mi perfume y con ese aroma viajar en el tiempo y en sus recuerdos; pero también puedo lastimarlos con mis espinas. Casualmente me marchito y otras brillo con una luz propia que hasta parece irreal.
Puedo durar muchísimo en sus vidas, o acaso un efímero instante. En ocasiones, depende cómo y cuánto me cuiden y en otras no depende de nada que tengan bajo control.
A veces soy tan exótica, que la gente me mira y se pregunta: ¿Cómo puede existir algo tan perfecto? De hecho, me conservan en agendas y cuadernos, y allí paso años, ya sequita y cansada de tanto andar. Otras veces me regalan, por amor o compromiso… en momentos maravillosos y en los más terribles también. 
Suelen ponerme en un vasito con agua y apenas recordar que sigo ahí, y también me hablan y me cantan canciones suavemente para que nunca muera.
Quizás me vean, quizás no; porque puedo ser tan pequeña hasta insignificante… ahora cuando llamo la atención, mmm… ¡será difícil olvidarme!



La Flor