Pueden pensar en mi perfume y con ese aroma viajar en el
tiempo y en sus recuerdos; pero también puedo lastimarlos con mis espinas.
Casualmente me marchito y otras brillo con una luz propia que hasta parece
irreal.
Puedo durar muchísimo en sus vidas, o acaso un efímero
instante. En ocasiones, depende cómo y cuánto me cuiden y en otras no depende
de nada que tengan bajo control.
A veces soy tan exótica, que la gente me mira y se pregunta:
¿Cómo puede existir algo tan perfecto? De hecho, me conservan en agendas y
cuadernos, y allí paso años, ya sequita y cansada de tanto andar. Otras veces me regalan, por amor o compromiso… en momentos
maravillosos y en los más terribles también.
Suelen ponerme en un vasito con
agua y apenas recordar que sigo ahí, y también me hablan y me cantan canciones
suavemente para que nunca muera.
Quizás me vean, quizás no; porque puedo ser tan pequeña
hasta insignificante… ahora cuando llamo la atención, mmm… ¡será difícil olvidarme!
La Flor